Mi matrimonio con un narcisista, una pesadilla en la “Gran Manzana”

Me llamo Diana, Colombiana viviendo en Estados Unidos hace 9 años. Soy una mujer alegre, con mucha disposición para ayudar a los demás, pero sobre todo soy una mujer con […]

Aurora Voz de Mujer

febrero 7, 2025

Me llamo Diana, Colombiana viviendo en Estados Unidos hace 9 años. Soy una mujer alegre, con mucha disposición para ayudar a los demás, pero sobre todo soy una mujer con muchas vivencias y experiencias y gracias a todos estos aprendizajes, hoy me siento capaz de compartir con ustedes una parte de mi vida con la que seguramente muchas de ustedes se sentirán identificadas. Gracias a Aurora, por invitarme a ser parte de una de las tantas voces de las mujeres que tenemos tanto por decir y que a veces nos da miedo. Hoy quiero compartir contigo mi historia, para que no la repitas, o  tomes la decisión de irte de ahí.

Mi testimonio está directamente relacionado con una relación que tuve con un narcisista y manipulador.

A mi ex esposo lo conocí en el año 2010 cuando viví en Estados Unidos. Después de ese período regresé a Colombia a trabajar, tras un par de semanas él me contacta por facebook y empezamos a hablar más seguido por videollamadas y telefónicamente… Pasó un  tiempo y él fue a Colombia a visitarme, luego yo fui a visitarlo también. Así, conocimos a nuestras familias, nos mantuvimos en una relación a distancia, y luego él me propuso matrimonio y nos fuimos a vivir juntos en US para formar nuestro «hogar».

Primero nos casamos por lo civil y un año después por la iglesia católica en Colombia. A los meses de casados y sin razón alguna me pidió separarnos y yo quedé en “shock”, no entendía nada. Decidí regresar a Colombia y cinco meses después de esa separación, él me contacta y me pide que nos reconciliemos. De esta manera me devuelvo a Estados Unidos y cinco o seis meses después, me vuelve a proponer que nos separemos. Yo realmente no me había dado cuenta y tampoco comprendía de qué se trataba toda esa manipulación que me llevó a una gran inestabilidad emocional, y me decía a mí misma “no puedo seguir en esto”. 

Cuando me casé y me mudé a Estados Unidos con él, inicié mi proceso de residencia. El día que me llegó la fecha de la entrevista él no asistió y retiró mi petición en inmigración. Yo estaba desesperada, sola y sin un dólar. Empecé a buscar ayuda en Nueva York por mis propios medios (internet y dos amigas) y encontré una Fundación Queens Legal Services. En la fundación me asignaron una abogada, me hicieron entrevistas sobre mi historia en detalle y me asistieron el proceso de la Residencia Permanente para Autopeticionario VAWA | USCIS. Adicionalmente, me entrevistaron trabajadores sociales, psicólogos y ahí fue donde descubrí e identifiqué muchas cosas sobre el comportamiento de mi ex esposo, un hombre con trastorno de la personalidad narcisista, sin duda alguna una relación en la que primó el abuso emocional de él hacia mi. 

Mi relación durante el matrimonio:

Fue triste, yo fui infeliz. Yo pensaba que me sentía así porque me había ido de mi país y estaba “homesick” o que estaba aún en la transición de cambio de cultura y de mi nueva vida de casada. Yo lloraba muchísimo en vez de estar feliz y en plena luna de miel como cualquier pareja de recién casados. 

Durante toda la relación él me menospreció y poco a poco me fui alejando de mi familia, en vez de conectar más con mi familia, me alejaba más. Me convertí en una mujer con baja autoestima, me sentía poco atractiva e incapaz. Dejé de ser quien yo era cuando estuve con él. Con el tiempo su manipulación sutil, me llevó a encerrarme en mí misma, sumisa, a sentirme sola y sentir que solo lo tenía y necesitaba a él. 

“En vez de conectar más con mi familia, me alejaba más”

Yo llegué al punto de no querer tener conversaciones telefónicas delante de mi ex por miedo. Siempre hablaba con mi familia y amigos cuando él no estaba. En aquel entonces tampoco trabajaba porque no me había llegado mi permiso de trabajo y dependía 100% económicamente de él.

Nosotros teníamos un Facebook juntos, básicamente lo abrimos por su insistencia. Él publicaba todo el tiempo cosas porque era muy importante tener esa plataforma, le gustaba sentirse admirado por todos los seguidores y que le dieran “likes” a las fotos y los comentarios. Cada vez me sentía menos valoraba como mujer y esposa, él siempre elogiaba a otras personas y yo era un cero a la izquierda. Ponía a todo el mundo por encima mío a tal punto de sentir que estaba compitiendo por su amor.

La inestabilidad emocional que estaba viviendo era una pesadilla interna. Mi ex me echó del apartamento en medio del proceso del divorcio, yo no tenía dinero, ni tenía a donde vivir, sin amigos ni familia en Nueva York. Pensé que la peor humillación que ese hombre me había hecho era no asistir a la entrevista con inmigración para mi proceso migratorio, hasta que me enteré de lo que menos sospechaba, él me había engañado con otra mujer estando casados y ella en ese momento se encontraba en avanzado estado de embarazo.

La cura, el duelo, el aprendizaje: 

Con el paso del tiempo y tras muchas batallas internas, no me quedó otra opción que  enfocarme en mí. Entendí que en la vida y en esta “Gran Manzana” solo me tenía a mí, ni siquiera mi familia aunque me apoyaron en la distancia. Mi duelo o “tusa” como decimos en Colombia, por la ruptura de matrimonio lo pasé sola y me encerré en mis cuatro paredes. Sentía que se me había derrumbado la vida sin saber realmente que se me estaba abriendo un camino de cosas maravillosas. Cuando me encerré, me preguntaba con los días y meses ¿para qué me estaba pasando esto a mí?

Me refugié en Dios, me aferre a Él y nunca perdí la fe. Leí muchos libros. La biblia fue una de mis mejores amigas en esos momentos. El tiempo, el entender cuál es la enseñanza que esa situación quiso mostrarme como ser humano. Hoy doy gracias infinitas a mi familia, al señor que me rentó el apartamento, mis abogados y psicólogos de la fundación. Fueron todos ángeles para mí. Gracias a esta experiencia, ahora valoro mucho más la vida, mi vida. Decidí entender lo que me pasó y trabajé en mi sanación y crecimiento personal. 

Hoy, puedo decir que ya lo superé. Para mí fueron dos años intentando perdonar por mí. Tuve una lucha psicológica. Sin embargo, después de los dos años que logré sentirme emocionalmente mejor, comprendí realmente lo que había vivido y empezó mi crecimiento personal. 

Hoy quiero hablarte a ti amiga que estás viviendo lo mismo que yo pasé, sé que no es fácil, pero lo más importante y lo primero es el amor propio, para amar a alguien primero debes amarte tú. Es más fácil caer en una relación de manipulación si no hay amor propio. Si tú no estás feliz y llena en tu relación, eso ya es motivo suficiente para marcharte. 

Gracias por leerme,
Diana. 

 

¿Qué es la Ley VAWA?

La Ley de Violencia contra la Mujer, también conocida como Ley VAWA, es para aquellas personas que son víctimas de violencia o crueldad extrema por parte de: 

  • Un cónyuge o ex cónyuge ciudadano estadounidense residente permanente legal,
  • Padre o madre ciudadano estadounidense o residente permanente legal, 
  • Hijo o hija ciudadano estadounidense.

¿Quiénes califican para VAWA?

Para poder calificar para VAWA (Ley de Violencia contra la Mujer)

NOTA: Recientemente USCIS realizó cambios para la Ley VAWA. Conozca más del tema INGRESANDO AQUÍ.



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