Mitos del matrimonio que nos hacen mal

Todas hemos soñado alguna vez con conocer a la pareja de nuestros sueños, esa persona que quiere lo mismo: un compromiso, la casa, el carro, los hijos y el perro… […]

Aurora Voz de Mujer

febrero 8, 2025

Todas hemos soñado alguna vez con conocer a la pareja de nuestros sueños, esa persona que quiere lo mismo: un compromiso, la casa, el carro, los hijos y el perro… o quizá no tan así, pero que se ve a futuro construyendo empresa, que sea ambicioso, entre otras cosas. Las características que todas buscamos son diferentes. En este caso, yo voy a hablar desde mi experiencia. 

Yo considero que he sido toda mi vida una mujer libre, pensante. Partiendo de ahí, hice un listado de como quería al hombre de mis sueños: quería que fuera una persona sencilla, amorosa, detallista, noble y respetuosa, que me valorara en mi individualidad, que le gustara que sea tan ambiciosa y que también me ayude a crecer, pero que él haga lo mismo por él… En fin, la lista era re-larga porque quería hacerla “al detalle”, según yo. En la vida real, andaba conociendo hombres, saliendo por acá y por allá. Nada serio.

Un día, en una rumba de lo más “x” conocí a un tipo chévere, guapo, amable, y dije salgamos con él a ver que pasa. A los 2 meses ya vivíamos juntos, a los 6 nos casamos, y ustedes dirán… esta andaba loca, desesperada, se sentía sola y se juntó con el primero… en fin… Déjenme aclararles, que disfruté de mi soltería. 

No, no me junté con el primero. Dentro de mi libertad, conocí hombres de toda clase, no puedo decir que me trataron mal, al contrario, todos me trataban lindo, pero ninguno me tomaba para algo más, y yo, como creo que hacemos muchas… me acomodé ahí… El caso es que cuando este hombre apareció yo sabía que él era. No me pregunten cómo, yo solo lo sabía. 

Ya llevamos casi 2 años casados, y aquí quiero desbancar varios mitos sobre el matrimonio desde mi experiencia: 

1. No es un 50/50 porque somos seres humanos, un día estamos al 100% los dos, otro día uno está al 80% y el otro al 20% por temas familiares, por un empleo o por lo que sea y está bien. Lo mismo sucede cuando nosotras quedamos embarazadas, no estamos todas las veces al 100% y ellos sí pueden dar más de sí por el hogar. 

2. Eso es mentira que uno tiene que conocerse con 500 años de amistad para verlo todo del otro, y ahí decidir enamorarse. Conozco mucha gente que lo intentó con “su mejor amigo de toda la vida” y no funcionó, por la sencilla razón de que somos diferentes de “amigos” y como “pareja”.

 

Sin embargo, sean amigos, cómplices y amantes. Incluso cuando sientan el peso de la rutina, trabajen en sorprenderse mutuamente para encender la llama. 

3. “Como no es de mi cultura, no me entenderá bien”, es una mentira total también. Este hombre no conoce y de momento, nunca ha visitado mi país de origen, y me entiende mejor que un Colombiano. 

4. “Después de 2 años, ya no es amor, es monotonía”, tampoco estoy de acuerdo, aunque recuerden que hablo desde mi experiencia. Para mí, ahora nos queremos incluso más que al principio que estábamos en la etapa del “enamoramiento”, ahora ya hemos visto más el uno del otro, y aun así, nos amamos. 

En mi opinión, no hay una receta secreta para el matrimonio perfecto. En todas las relaciones hay crisis, discusiones, amor, entre otras, que enriquecen y hacen única cada experiencia. Sin embargo, yo he descubierto que lo que en mi caso ha hecho toda la diferencia, es ser siempre transparente con lo que siento, para conmigo misma y para con mi pareja. En el momento en que empezamos a callar cosas que nos molestan, guardamos resentimientos que no nos dejan avanzar y que crean fricciones. Así que es clave poder siempre dialogar todo, con total apertura y no apegarse a ninguna situación, esperando que el resultado sea el que uno quiere.

Estar en relación con alguien es saber que constantemente estarás negociando cosas, así que tú eres la que tienes que conocerte, saber que quieres y saber esos límites con lo que te vas a sentir cómoda y que son sanos para ti. 

Otra característica especial que he notado en mi experiencia, y en la de otras amigas que llevan relaciones más largas que la mía; es que nadie dejó de perseguir sus sueños y de crear la vida que querían por la relación. En mi caso, yo hablé desde el principio con mi pareja, de cuáles eran mis aspiraciones, sueños, que quería hacer, el estilo de vida que me gustaría tener y construir, lo que no me gustaba y así. Él comparte mucho de eso, por no decir que todo, y con total libertad, yo hago lo que necesito hacer por mí, por mi realización, y eso no me impide estar en mi relación, al contrario, él me apoya, me impulsa, se ha vuelto mi polo a tierra. Asimismo, él hace lo que él necesita y yo, además de ser su pareja, soy su “career coach”, y todo lo que pueda por darle ese mismo apoyo a él. 

Socialmente, está muy normalizado que nosotras las mujeres nos dejemos de últimas, pongamos a los demás de primero, tengamos hijos y seamos todo lo que “algunos hombres” esperan olvidándonos de nuestros sueños. Sin embargo, aquí la pregunta es ¿qué clase de hombre espera eso?, pues también hay hombres que nos temen… a las mujeres libres pensantes. Y en mi experiencia, ahora entiendo, porque muchos con los que salí no fueron algo más. El caso es que en mi opinión, el matrimonio es un contrato como cualquier otro, que está socialmente idealizado y que, de no lograrse satisfactoriamente, lo hacen a uno sentirse miserable. Y no debería de ser así. Tener una relación con una pareja por tanto tiempo como sea posible, es una fortuna, porque incluso en la relación que tenemos con nosotros mismos muchas veces no nos sentimos bien, y eso también puede pasar en pareja. ¡Y ES NORMAL! 

Finalmente, concluyó compartiéndote amiga que sí estás sola y no te has conocido con alguien que valga la pena y la gloria, sigue conociendo y disfruta, que casarte no sea ni tu meta, ni tu principal objetivo, trabaja en tu relación contigo misma que ya aparecerá la persona de tus sueños y lo sabrás cuando llegue. Sí, te casaste y estás feliz, disfruta lo que más puedas cada día y sigue cultivando el respeto y el amor. Y sí te estás divorciando por lo que sea, no te veas como una persona que fracasó, lo intentaste, pusiste el pellejo y tienes mucho que agradecerte, levántate y sigue para adelante, la próxima ocasión, no cometerás los mismos errores. 

 

«trabaja en tu relación contigo misma que ya aparecerá la persona de tus sueños y lo sabrás cuando llegue»

Lo único que debes recordar amiga es que la vida es súper larga, para pasarla con alguien que no te hace feliz, así que disfruta de cada beso, de cada noche de sexo, cada abrazo y caricia, porque cada experiencia nos trae una lección que necesitamos para seguir creciendo. ¡Pero por encima de todo, busca ser una mujer feliz, feliz a pesar de todo! 

Anónimo. 



0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos…